VACUNAS.lo que otros no cuentan

ir al indice completo del blog





 La historia olvidada de las vacunas
por noticiasdeabajo • 13 julio, 2015


Por los Dres. Roman Bystrianyk y Suzanne Humphries, 11 de julio de 2015



 https://noticiasdeabajo.wordpress.com/2015/07/13/la-historia-olvidada-de-las-vacunas/




Los libros de historia clínica ensalzan casi de manera unánime las virtudes de la vacunación. Al leer estos libros uno se queda con la impresión de que durante los años 1800 y 1900 se producían terribles epidemias que mataban a un sinnúmero de personas y que gracias a las vacunas se pudo superar esa situación. Esto es lo que la mayoría de las personas creen, y si hablamos con otras personas la impresión que tienen es la misma. Por lo general, es un hecho reconocido por la sociedad.

“Es difícil subestimar la contribución de la inmunización a nuestro bienestar. Se estima que si no fuera por la vacunación infantil contra la difteria, la tos ferina, el sarampión, las paperas, la viruela y la rubéola, así como la protección que ofrecen las vacunas contra el tétanos, el cólera, la fiebre amarilla, la poliomielitis, la gripe, la hepatitis B, la neumonía bacteriana y la rabia, las tasas de mortalidad infantil probablemente estarían en torno a un 20-50%. De hecho, en los países donde no se administran las vacunas, las tasas de mortalidad entre los lactantes y los niños pequeños se mantienen en ese nivel” (1).

Paul Offit explica en su reciente libro Deadly Choices: How the Anti-Vaccine Movement Threatens Us All cómo la vacuna contra la tos ferina ha reducido el número de muertes por esa enfermedad, de 7000 a sólo 30.

“La tos ferina (pertussis) es una infección devastadora. Antes de que se aplicase la vacuna por primera vez en Estados Unidos en la década de 1940, alrededor de 300.000 casos de tos ferina causaban la muerte de 7000 personas al año, la mayoría niños pequeños. Ahora, debido a la vacuna contra la tos ferina, menos de 30 niños mueren cada año por esta enfermedad. Los tiempos están cambiando” (2).

Este tipo de información también se recoge en las revistas médicas. Un extenso estudio sobre la tos ferina y la vacuna contra la tos ferina se publicó en 1988 en la revista Pediatrics. El primer párrafo de este artículo decía lo siguiente:

“En Estados Unidos, la tos ferina se ha controlado con éxito mediante la inmunización en masa de los lactantes y los niños. En la época anterior a la vacuna, se registraban de 115.000 a 270.000 casos de tos ferina y de 5.000 a 10.000 muertes cada año debido a la enfermedad. Durante los últimos 10 años, se han producido de 1200 a 4000 casos y de 5 a 10 muertes al año” (3).

Este párrafo da una idea del tono del resto del artículo: miles de personas morían cada año de tos ferina, pero después de la introducción de la vacuna, las muertes se redujeron drásticamente. Cualquier persona que lea esto, por supuesto que creerá en los beneficios de las vacunas.

El problema con ese tipo de consideraciones es que no están de acuerdo con las evidencias. Cuando nos fijamos en los datos reales, vemos que aunque mucha gente murió de tos ferina en la primera década de 1900, cuando se introdujo la vacuna la tasa de mortalidad en Estados Unidos se había reducido más de un 90%. Uso la misma fuente que utilizó la revista Pediatrics en su artículo, y vemos que la disminución de las muertes alcanzó un máximo del 92% antes de que se introdujese la vacuna DTP (DPT (o en ocasiones DTP) es una mezcla de tres vacunas que inmunizan contra la difteria, Bordetella pertussis (la tos ferina) y el tétanos) (4).

vacunas2

Este artículo de la revista Pediatrics da lugar a confusión, porque siendo leído principalmente por médicos da la impresión de que las vacunas fueron las únicas responsables de la disminución de las muertes. El número real de fallecimientos en el momento de la introducción de la vacuna DTP fue de aproximadamente 1200 y no de 5000 a 10000 como a menudo se dice. Una vez más, esa idea errónea de que fueron las vacunas las responsables de la mayor parte de disminución de la mortalidad es algo generalizado y extendido por todos los rincones de nuestra sociedad.

Es importante también hacer notar que cuando se mira el gráfico se puede ver claramente que la tendencia era año tras año la de una disminución de las muertes por tos ferina. Cuando se introduce la vacuna no se produjo ningún efecto aparente en la tendencia hacia la baja.

Otro conjunto de datos de Inglaterra a principios del siglo XX, nos muestra que no hay ningún impacto con la introducción de la vacuna. Se puede ver que la tasa de mortalidad ya había disminuido un 98% antes de administración de la vacuna a nivel nacional en la década de 1950.

vacunas3

En Inglaterra se comenzó a llevar un registro estadístico desde 1838, es decir, 62 años antes de que apareciesen las primeras estadísticas oficiales en Estados Unidos. En cuanto a estos datos, se observa que la tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas era muy alta en los primeros años 1800, aunque ya se había reducido a mediados de 1800, y en 1900 era prácticamente cero. En cuanto a las muertes por tos ferina en Inglaterra, ya habían disminuido más de un 99% antes de que se introdujese cualquier vacuna.

vacunas4

En el caso del sarampión, la tasa de mortalidad ya había disminuido en casi un 100%.

vacunas5

El análisis de los datos muestra que ese mantra tan repetido de que fueron las vacunas la clave para la disminución de la mortalidad por enfermedades infecciosas es falso. Las muertes ya habían disminuido en gran medida antes de la vacunación. En el caso de la escarlatina y otras enfermedades infecciosas, las muertes se redujeron casi a cero antes de que hubiese una vacunación generalizada.

vacunas6

Por desgracia, esta creencia errónea ha llevado a mucha gente a confiar en la vacunación como única manera de hacer frente a las enfermedades infecciosas, cuando claramente se observa que tuvo que haber otros factores que hicieron que la mortalidad disminuyese. Esos factores han sido la higiene, los sistemas de saneamiento, la nutrición, la mejora de las condiciones laborales, la electricidad, la cloración del agua, la refrigeración, la pasteurización y otras muchas facetas de la vida moderna que ahora damos por sentadas. Muy poco de la mejora de las tasas de mortalidad tienen que ver con la Medicina. Un informe de 1977 estimaba, como mucho, que aproximadamente el 3% de disminución de la mortalidad por enfermedades infecciosas puede atribuirse a la atención médica moderna.

“En general, las intervenciones médicas ( ya sean quimioterapéuticas o profilácticas) parecen haber contribuido muy poco a la disminución general de la mortalidad en Estados Unidos desde 1900, ya que en la mayoría de los casos se introdujeron con posterioridad al descenso de la mortalidad y cuando se hicieron efectivas tuvieron muy poca influencia. Más concretamente, si hacemos referencia a cinco enfermedades infecciosas ( gripe, neumonía, difteria, tos ferina y poliomielitis), en las que la reducción de la mortalidad estaría relacionada con el momento de la intervención, resulta bastante inverosímil que esta disminución sea atribuible a dichas intervenciones… Se estima que a lo sumo puede haber influido en un 3,5% en la disminución de la mortalidad desde 1900 gracias a las medidas médicas introducidas en relación a las enfermedades aquí consideradas”. (5)

El énfasis que se pone hoy en día en la administración de una mayor cantidad de vacuna, se debe en parte a lo arraigado de ese pensamiento. El hecho de que las muertes por enfermedades infecciosas disminuyeran en gran medida mucho antes de introducir la vacunación y los antibióticos, se sigue ignorando. Durante todo este tiempo se podían haber creado unas mejores condiciones para aprender a manejar todas las infecciones de una manera más integral. Sin embargo, hasta la fecha, a pesar de tan importantes cambios, poco hemos aprendido de las lecciones de esta historia. Siguen olvidadas las soluciones que llevaron a una disminución del 99% en las muertes , poniendo todo el énfasis en ese 1% final, lo que habría ocurrido de todo modos, incluso sin ninguna vacuna.

Sin embargo, todavía queda alguna disensión, un reconocimiento de que las vacunas no fueron la causa de tan importante disminución de la mortalidad por enfermedades infecciosas. A veces también se apunta a la aparición de los antibióticos y una mejor atención médica, y de la mala gana se da algo de crédito a los servicios de saneamiento y otros factores. Existe poca curiosidad para saber cómo influyeron todos estos factores y cómo se siguen aplicando en la actualidad. En cambio, ahora se pone un mayor énfasis en la incidencia de la enfermedad después de la vacunación, y menos en la mortalidad. El razonamiento es que con la poca incidencia de la enfermedad gracias a las vacunas, ya no hay riesgo de muerte. Parece un enfoque razonable, pero ¿para qué ha servido?

desvaneciendo-ilusiones

Tomemos el caso de la tos ferina, por ejemplo. En 1979 Suecia dejó de administrar la vacuna DTP sobre la base de que no era eficaz y posiblemente peligrosa. El temor era que, con unas tasas de vacunación más bajas, aumentase la tasa de mortalidad. ¿Fue esto lo que sucedió?

En una carta de 1995 de Victoria Romanus del Instituto Sueco de Control de Enfermedades Infecciosas, decía que las muertes por tos ferina se mantuvieron muy cerca de cero. La población de Suecia era de 8.294.000 habitantes en 1979 y de 8.831.000 en 1995. De 1981 a 1993 se registraron ocho fallecimientos de niños en los que la causa aparece como tos ferina. Esto da una tasa de mortalidad por tos ferina de 0,6 niños al año. Estas cifras muestran que las probabilidades de morir por tos ferina en Suecia es de 1 por 13 millones, incluso sin que haya ningún programa nacional de vacunación de tos ferina. (6)

En Inglaterra la tasa de vacunación DTP se redujo del 78% al 30-40% debido a las preocupaciones sobre su seguridad. Se suponía que habría un aumento de las muertes debido a una menor tasa de vacunación. Durante los años 1976-1980 se registraron las menores tasas de vacunación. Según las estadísticas oficiales, el número de muertes durante esos años fue de 35. Las muertes en los cinco años anteriores (1971-1975), con unas tasas de vacunación más altas, fueron 55, alrededor de 1,5 veces más que cuando las tasas de vacunación fueron más bajas (7). Es decir, ocurrió lo contrario de lo que se pensaba iba a ocurrir.

¿Se han controlado las tasas de incidencia de la tos ferina? La triste verdad es que la tos ferina no ha sido erradicada y es endémica. Un gran número de personas todavía tosen por la presencia de Bordetella pertussis, las bacterias implicadas en la tos ferina. Debido a la disminución de la inmunidad inducida por la vacuna, hasta un tercio de la tos persistente de debe a la tos ferina.

“Aunque la tos ferina se ha considerado tradicionalmente una enfermedad de la infancia, está bien documentado su presencia en los adultos desde hace casi un siglo y actualmente está reconocida como una de las causas más importantes de enfermedades respiratorias en los adolescentes y adultos. A causa de la disminución de la inmunidad, adultos y adolescentes pueden contraer la enfermedad incluso si hay un historial completo de vacunación o enfermedad natural…Estudios realizados en Canadá, Dinamarca, Alemania, Francia y Estados Unidos, indican que del 12 y el 32% de los adultos y adolescentes con tos persistente durante al menos 1 semana, están infectados con Bordetella pertussis”. (8)

Vamos a centrarnos en otras enfermedades infecciosas, como el sarampión. Tenga en cuenta que en el año 1963 se produjeron muy pocas muertes por sarampión. Durante ese año, en Nueva Inglaterra sólo se produjeron cinco muertes atribuidas al sarampión ( Maine:1; New Hampshire:0; Vermont:3; Massachusetts:0; Rhode Island:1; Connecticut:0) (9). El número de muertes por asma fue 56 veces más alto que las de sarampión durante ese año.

¿Pero ese declive se debe a la incidencia de la vacuna? Hay diferentes gráficos que se pueden encontrar en Internet que reflejan muy poca incidencia en la disminución. El gráfico que he encontrado sólo tiene algunos puntos de referencia y una línea entre dos puntos muy distantes en el tiempo. Esta gráfica es de mala calidad y establece una conclusiones incorrectas. Observando datos más completos de la incidencia, se comprueba un descenso en la incidencia en 1963, que es cuando se introduce la vacuna contra el sarampión.

vacunas8

La incidencia del sarampión parece caer de forma drástica a partir de 1963. Sin embargo, ¿ este descenso se puede atribuir al éxito de la vacuna contra el sarampión? Las primeras vacunas contra el sarampión contenía virus muertos en un precipitado de aluminio, producido a partir del cultivos de células de riñón de mono inactivado con formaldehído. Un estudio de 1967 revelaba que la vacuna podía producir neumonía, así como encefalopatía (inflamación del cerebro).

“La neumonía es un hallazgo consistente y prominente. Se produce fiebre severa y persistente y dolor de cabeza, que cuando está presente, sugiere una afectación del sistema nervioso central. De hecho, en la revisión de un paciente mediante encefalograma, se observó una perturbación de la actividad eléctrica , lo que sugería encefalopatía… Estos resultados adversos de la vacuna con virus inactivos del sarampión fueron algo inesperado. Pero su presencia debe acarrear una restricción en el uso de la vacuna con virus inactivos del sarampión. Ahora recomendamos que no se administre más esta vacuna con virus inactivos del sarampión” (10).

El uso de vacunas con virus muertos se abandonó rápidamente (11). Pero también se produjeron problemas importantes con las vacunas vivas, que al no estar muy atenuadas produjeron un sarampión modificado, una erupción en la mitad de los inyectados, que esencialmente es equivalente a un caso de sarampión. El 48% de las personas tenían esta erupción, y el 83% presentaba una fiebre de hasta 41ºC después de la inyección.

Entonces, ¿cómo es posible hablar de que la incidencia del sarampión cayó tan espectacularmente después de la vacuna de 1963? En parte, tiene que ver con la propia definición. Si usted tiene fiebre muy alta después de ser vacunado, por supuesto que usted no tiene el sarampión, incluso si se encuentra peor de haber contraído el sarampión de forma natural.

De vuelta a la década de 1960, se esperaba que con una sola administración se protegiese de por vida sin efectos serios, que luego resultó no ser cierto.

“El Servicio de Salud Pública de Estados Unidos ha autorizado una nueva vacuna, refinada, contra el sarampión con virus vivos. Aunque se han autorizado desde 1963 varias vacunas con virus vivos, todas ellas proporcionando inmunidad de por vida con una sola administración sin graves efectos secundarios, la nueva es considerada por los epidemiólogos como “la mejor hasta ahora en la minimización de los efectos secundarios”. (12)

Incluso se llegó a decir en la década de 1960 que sólo con un cierto número de niños vacunados era suficiente para erradicar el sarampión.

“El sarampión, una enfermedad inofensiva de la niñez que puede matar, será casi erradicada de la mayor parte del país dentro de un año, según predicen las autoridades del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos… Aunque todavía hay más de 12 millones de niños susceptibles, con la vacunación de 2 a 4 millones de niños se puede acabar con la enfermedad, de acuerdo con el Dr. Robert J. Warren del Centro de Enfermedades Transmisibles de Atlanta” (13).

Más de una década después, todavía se había logrado el objetivo de erradicar el sarampión. Varias epidemias se repitieron a lo largo de los años en Estados Unidos.

“En 1989 la nueva teoría sobre el fracaso en la erradicación de algunas enfermedades era que las anteriores vacunas no fueron tan eficaces como se creyó en un principio. Algunas de las primeras vacunas producidas en grandes cantidades en 1963 contenían el virus muerto. En 1989, el Dr. Figin, del Hospital de Niños de Texas, declaró que creía que la vacuna de 1963 no fue muy eficaz y que la vacuna de 1967 era inestable y perdía su efectividad si no se conservaba adecuadamente refrigerada. No fue hasta 1980 cuando una vacuna viva y estable contra el sarampión estuvo disponible” (14)

Ese mismo año, después de que tres tipos de vacunas contra el sarampión no hubieran podido erradicar la enfermedad o incluso una inmunidad fiable del grupo, los científicos de vacunas cambiaron el rumbo y dijeron que en lugar de una sola administración, con la nueva vacuna viva se necesitarían dos dosis para obtener una protección fiable. También recomendaron que todos los menores de 32 años se revacunasen porque las viejas vacunas que recibieron eran inadecuadas. Una única administración, como se prometió para proporcionar inmunidad de por vida contra el sarampión en la década de 1960, no fue suficiente.

¿Y se estaba produciendo de todos modos un declive en la incidencia del sarampión antes de 1963? Si miramos los datos de incidencia del sarampión, la tendencia de la línea muestra que ya la incidencia estaba en declive.

vacunas9

De hecho, de haber seguido esa tendencia, la incidencia del sarampión habría llegado a cero alrededor del año 2000. Este fue el año en que el CDC declaró que el sarampión había sido erradicado de Estados Unidos.

¿Y valió la pena tanto esfuerzo y tantas reacciones adversas para tratar lo que se consideraba en 1963 una enfermedad leve de la niñez?

Cuando oímos hablar de las vacunas, a menudo nos cuestan una historia muy simple de cómo se estimula la aparición de anticuerpos. La teoría dice que la estimulación de anticuerpos crea una memoria de una determinada enfermedad, de modo que la próxima vez que te encuentras con ella el cuerpo va a derrotar al enemigo con rapidez. Es una historia bonita, sencilla y fácil de recordar.

Creemos entender cómo funciona el sistema inmunológico hablando de anticuerpos y protección, y mencionarlos juntos es como pensar que sabemos cómo funciona realmente un coche porque vemos que tiene ruedas. El sistema inmunológico es una entidad muy compleja y poco comprendida, compuesto por muchas líneas celulares, cada una de las cuales produce diferentes productos químicos que se liberan en la sangre. Estos productos químicos son utilizados por el cuerpo y cambian de acuerdo con la edad, el estrés, el estado nutricional, el medio ambiente, y toda una serie de factores que apenas entendemos.

“…el sistema inmunológico sigue siendo una caja negra”, dice el Dr. Garry Fathman, profesor de inmunología y reumatología y director asociado del Instituto de Inmunología de Trasplantes e Infecciones… “Es extremadamente complejo, comprendiendo por lo menos 15 tipos de células que interactúan entre sí, segregando diferentes moléculas en la sangre que se comunican entre sí y hacer frente a una infección. Dentro de cada una de esas células hay decenas de miles de genes cuya actividad pueda alterarse por la edad, el ejercicio, la infecciones, las vacunas administradas, la dieta, el estrés, etc…Es un gran conjunto de piezas móviles. Y no se sabe muy bien lo que hacen la mayoría de ellas… o deberían hacer”. (15)

El sistema inmune se divide tradicionalmente en el sistema inmune humoral, que está relacionado con los anticuerpos, y el sistema inmune celular, que no implica a los anticuerpos, pero sí la activación de varias células tales como las células asesinas naturales. Lo que sí sabemos, contrariamente a la creencia popular, en que los anticuerpos no son necesarios para una recuperación completa en caso de sarampión.

“… los niños con un síndrome de deficiencia de anticuerpos cursan un ataque muy leve de sarampión con la característica erupción y una recuperación normal. Además, no son posteriormente propensos a una reinfección. Por lo tanto, parece que los anticuerpos del suero, en cualquier caso, no son necesarios para la producción de una erupción de sarampión, ni para la recuperación normal de la enfermedad; ni para prevenir la reinfección” (16).

Los niños con un déficit en la producción de anticuerpos, lo que se denomina agammaglobulianemia, se recuperan del sarampión tan bien como los niños que producen anticuerpos normalmente, y esto ya se sabe desde finales de 1960, cuando se estaban desarrollando las vacunas. Pero la respuesta de los anticuerpos es lo único de lo que se habla y lo que se promueve cuando se trata de las vacunas. Este descubrimiento perturba el paradigma simplista de la protección de los anticuerpos, y se consideró desconcertante este documento médico de 1968.

“Uno de los descubrimientos más desconcertantes en la medicina clínica fue el hallazgo de que los niños con la enfermedad congénita de la agammaglobulianemia, con escasez de anticuerpos y con rastros insignificantes de inmunoglobulina en circulación, contrajeron el sarampión de forma normal, mostrando la secuencia habitual de los síntomas y signos clínicos, siendo posteriormente inmunes” (17)

¿Que papel juega la nutrición en relación a las enfermedades? Descubierta en la década de 1920, la vitamina A se denominó vitamina antiinfecciosa. Es la única que tiene una estrecha relación con la mortalidad por sarampión. Durante la década de 1990, se midió una reducción de la mortalidad de un 60 al 90% en los países pobres utilizando vitamina A en los casos de hospitalización por sarampión.

“Los análisis combinados muestran que dosis altas de vitamina A administradas a los pacientes hospitalizados con sarampión redujeron en aproximadamente un 60% el riesgo de muerte, y una reducción aproximada al 90% entre los lactantes… La administración de vitamina A a los niños que desarrollaron neumonía antes o durante la estancia hospitalaria redujo la mortalidad en un 70% en comparación con los niños del grupo de control”. (18).

La disponibilidad de frutas y verduras ricas en vitamina C es otro factor que interviene en la morbilidad por enfermedad o reducción de la mortalidad. Se ha producido en general una mejora en la nutrición, como se puede observar en el paralelismo en la disminución de las muertes por sarampión y la enfermedad por deficiencia de vitamina C, el escorbuto. Los estudios realizados en los años 1940 mostraron que la vitamina C era muy eficaz contra el sarampión, sobre todo cuando se utiliza en dosis altas.

“Durante una epidemia (de sarampión) se utilizó vitamina C como profilaxis y todos los que recibieron unos 1.000 mg cada seis horas, por vía muscular o venosa, estuvieron protegidos contra el virus. Administrando 100 mg por vía oral en zumos de fruta cada dos horas no se protegía, a menos que se le diese durante todo el día. Se encontró además que 1000 mg por vía oral, de cuatro a seis veces al día, modificaba la incidencia de la infección: con la aparición de las manchas de Koplik y de fiebre, si se aumentaba a 12 dosis cada 24 horas, todos los signos clínicos y síntomas desaparecían a las 48 horas” (19)

En el año 1900 se utilizaron con éxito otros tratamientos contra el sarampión. En 1919, el Dr. Drummond comentó que el aceite de canela era una eficaz profiláctico contra el sarampión o que por los menos hacía que fuese un sarampión leve.

“Durante mi práctica médica me encontré con un caso de sarampión en la familia, prescribiendo aceite de canela a todos los miembros desprotegidos de la familia. La mayoría de ellos y con este tratamiento ( con canela) no sufrieron la enfermedad ( el sarampión), o bien la cursaron de forma muy leve” (20)

La nutrición y otros factores tienen una gran relevancia en el sarampión, así que ¿por qué no hablamos en absoluto de ello? Debido a que el énfasis se pone en una sola cosa, muy lucrativa, la vacunación médica. Este es el único paradigma que se ha extendido y barrido al resto de estrategias.

Otro factor clave a considerar es que la vacuna contra el sarampión no crea una inmunidad de por vida, mientras que la infección natural de sarampión sí que lo hace. La única manera de permanecer inmune mediante inmunidad artificial a través de las vacunas es el de ser vacunados varias veces durante toda la vida. Todavía no sabemos cómo influirá a lo largo de varias generaciones la vacunación. Las epidemias podrían volver a darse en un futuro.

Un estudio publicado en 2009 en Proceedings of the Royal Society investigaba qué podría suceder en caso de reducirse la inmunidad de la vacuna contra el sarampión, incluso con una alta tasa de vacunación en los niños. Se predecía, ,después de una ausencia de la enfermedad entre la población, que la aparición de la infección daría lugar a epidemias mucho más graves que lo predicho por los modelos estándar.

“Podemos prever que la vacunación tendrá efectos contradictorios… reduciéndose el número de personas susceptibles entre los recién nacidos y por lo tanto tendrá algunos beneficios de salud pública, reduciéndose el número de casos entre los niños. Sin embargo, esta reducción en el número de casos conducirá a una reducción en el estímulo y por lo tanto a una mayor susceptibilidad de infección en las personas de más edad… Cuando disminuye la inmunidad, la vacunación tiene un impacto mucho más limitado en el número promedio de casos. Si bien esta observación tiene claras implicaciones de salud pública, las consecuencias de la interacción entre la vacunación, la disminución de la inmunidad y el estímulo van mucho más allá. Con unos altos niveles de vacunación ( mayor del 80%) y niveles moderados de inmunidad ( en los mayores de 30 años), se pueden producir ciclos de epidemias de considerable importancia” (21)

Un estudio de 1984 (22) informaba que en el año 2050 la proporción de personas susceptibles de contraer sarampión puede ser mayor que en la era prevacunas. ¿Así que hemos creado una bomba de tiempo con la disminución de la inmunidad? ¿Habrá grandes epidemias de sarampión en un futuro? De haberlas, se echará la culpa de ellas a los no vacunados, sin ninguna consideración a lo que se lleva haciendo durante más de 100 años, y se obligará a vacunarse a diferentes grupos de edad.

Debido al celoso sesgo provacunas que impregna nuestra sociedad, se siguen sin reconocer las verdaderas fuerzas que impulsaron el descenso de muertes por enfermedades infecciosas. A lo sumo se reconoce que el saneamiento pudo tener algún efecto, pero todavía siguen teniendo un mayor crédito la asistencia médica y los antibióticos.

Diversos grupos que se denominan así mismo escépticos buscan detener cualquier planteamiento en contra de la vacunación. La definición de escéptico solía ser “el que por instinto o habitualmente duda, pregunta, o no está de acuerdo con las afirmaciones o conclusiones generalmente aceptadas”, pero esta definición en su uso moderno ha sido transformada y secuestrada en favor de alguien que apoya ciegamente cualquier posición ortodoxa como si de un Evangelio se tratara. Estas personas continúan en su cruzada de apoyo a las vacunas, a toda costa, atacando cualquier cosa que cuestione su miope punto de vista. Si esas personas tuviesen el deseo de conocer la verdad, tal vez tendrían que mirar debajo del capó de las enfermedades infecciosas y las vacunas, y aprender un poco más. ¡Imagínense lo que puede haber en el maletero!

Los doctores Suzanne Humphries y Roman Bystrianyk son autores de Desvaneciendo ilusiones: las enfermedades, las vacunas y la historia olvidada, recientemente editado por la Editorial Octaedro.

————————————–

Bibliografía:

1. Irwin W. Sherman, Twelve Diseases That Changed Our World, 2007, p. 66.

2. Paul A. Offit, MD, Deadly Choices—How the Anti-Vaccine Movement Threatens Us All, 2011, p. xii.

3. James D. Cherry, MD MSc; Philip A. Brunell, MD; Gerald S. Golden, MD; and David T. Karzon, MD, “Report on the Task Force on Pertussis and Pertussis Immunization—1988,” Pediatrics, June 1988, vol. 81, no. 6, Part 2, p. 939.

4. Historical Statistics of the United States Colonial Times to 1970 Part 1, Bureau of the Census, 1975, pp. 77.

5. John B. McKinlay and Sonja M. McKinlay, “The Questionable Contribution of Medical Measures to the Decline of Mortality in the United States in the Twentieth Century,” The Milbank Memorial Fund Quarterly, Health and Society, vol. 55, no. 3, summer 1977, p. 425.

6. Letter from Victoria Romanus, MD, PhD, Department of Epidemiology Swedish Institute of Infectious Disease Control, Stockholm Sweden, August 25, 1995.

7. Record of Mortality in England and Wales for 95 Years as Provided by the Office of National Statistics, 1997; Health Protection Agency Table: Notification of Deaths, England and Wales, 1970–2008.

8. Edward Rothstein, MD, and Kathryn Edwards, MD, “Health Burden of Pertussis in Adolescents and Adults,” Pediatric Infectious Disease Journal, vol. 24, no. 5, May 2005, p. S44.

9. Vital Statistics of the United States 1963, Vol. II—Mortality, Part A, pp. 1–18, 1–19, 1–21.

10. Vincent A. Fulginiti, MD; Jerry J. Eller, MD; Allan W. Downie, MD; and C. Henry Kempe, MD, “Altered Reactivity to Measles Virus: Atypical Measles in Children Previously Immunized with Inactivated Measles Virus Vaccines,” Journal of the American Medical Association, vol. 202, no. 12, December 18, 1967, p. 1080.

11. “Measles Vaccine Effective in Test—Injections with Live Virus Protect 100 Per Cent of Children in Epidemics,” New York Times, September 14, 1961.

12. “Thaler to Hold State Senate Hearing to Find Fastest Way to Expedite Plan,” New York Times, February 24, 1965.

13. Jane E. Brody, “Measles Will Be Nearly Ended by ’67, U.S. Health Aides Say,” New York Times, May 24, 1966.

14. Lisa Belkin, “Measles, Not Yet a Thing of the Past, Reveals the Limits of an Old Vaccine,” New York Times, February 25, 1989.

15. B. Goldman, “The Bodyguard: Tapping the Immune System’s Secrets,” Stanford Medicine, summer 2011.

16. P. J. Lachmann, “Immunopathology of Measles,” Proceedings Royal Society of Medicine, vol. 67, November 1974, p. 1120.

17. “Measles as an Index of Immunological Function,” The Lancet, September 14, 1968, p. 611.

18. Wafaie W. Fawzi, MD; Thomas C. Chalmers, MD; M. Guillermo Herrera, MD; and Frederick Mosteller, PhD, “Vitamin A Supplementation and Child Mortality: A Meta-Analysis,” Journal of the American Medical Association, February 17, 1993, p. 901.

19. Fred R. Klenner, MD, “The Treatment of Poliomyelitis and Other Virus Diseases with Vitamin C,” Southern Medicine & Surgery, July 1949.

20. “Cinnamon as a Preventive of Measles,” American Druggist Pharmaceutical Record, New York, November 1919, p. 47.

21.J. M. Heffernan and M. J. Keeling, “Implications of Vaccination and Waning Immunity,” Proceedings of the Royal Society B, vol. 276, 2009.

22. D. L. Levy, “The Future of Measles in Highly Immunized Populations: A Modeling Approach,” American Journal of Epidemiology, vol. 120, no. 1, July 1984, pp. 39–48.

————————————-
Procedencia del artículo:

http://www.vaccinationcouncil.org/2013/11/12/vaccines-a-peek-beneath-the-hood-by-roman-bystrianyk-and-suzanne-humphries-md/




1 Respuesta »

    Sebastián Vignoli Carradori  
    13 julio, 2015 • 08:30

    El tema de las vacunas ha dejado al parecer el estatus de ciencia y ahora aparece colocado el la sección de mitos y leyendas. Cualquier cuestionamiento de las vacunas, incluso con datos epidemiológicos bien fundados como hace este artículo, es descalificado rápidamente sin demasiada argumentación y colocado en el saco de los “antivacunas”. Con este calificativo, ya estás listo digas lo que digas, o argumentes lo que argumentes. Y yo no soy un antivacunas, yo soy un anti-ciencia chapucera. Para empezar, no entendemos muy bien porqué se produce lo que llamamos “infección”. Nuestro paradigma infeccioso está herido de muerte con el descubrimiento del microbioma y sus funciones. Nuestro modelo no puede explicar gran parte de estos hallazgos. Y todavía menos con el tema de los virus, que, al parecer, serían un tipo de elemento móvil del genoma. El artículo hace referencia a “virus muertos”. Eso es incorrecto, un virus no es un ser vivo, es sólo un puñado de genes (en forma de ADN o transcritos a ARN) rodeado de una cápsula.
    Al parecer, de acuerdo con los datos expuestos en el artículo, los principales factores que afectarían a la morbimortalidad por enfermedades infecciosas serían socioeconómicos. Pero tampoco es seguro. Lo que si está claro es que las vacunas y los antibióticos, si han tenido algún papel, es minúsculo.
    El papel de las vitaminas y la alimentación puede ser importante, pero ojo, hay que tener estudios (ensayos clínicos) bien hechos. Lo que no se puede hacer es criticar a la ciencia oficial por ser chapucera, y después justificar dar vitamina C para el sarampión a partir de un médico que trató a un puñado de pacientes. Eso también es una chapuza.
    Gran parte de los estudios que justifican el uso de vacunas lo hacen a partir de variables subrogadas: incidencia y seroconversión. Lo que de verdad hay que medir es mortalidad específica y total, y incidencia de complicaciones graves.
    Un saludo















Casi todos asumimos que las vacunas han supuesto un alivio para graves epidemias.

No todos estan de acuerdo, por ejemplo:
Raymond Obomsawin

A continuacion  se publican los gráficos del trabajo publicado por ese medico  y que han sido contestados en varios blog que iré citando posteriormente.
Las criticas seran bienvenidas, pero , por favor  citando:
1.-la  grafica a la que se hace la referencia
2.-los trabajos o articulos que apoyan la critica.

 Grafica.1.presentacion

 Grafica2
 Grafica 3
 Grafica 4
 Grafica 5
 Grafica 6
 Grafica 7
 Grafica 8
 Grafica 9
Grafica 10
La vacuna contra la tos ferina ha eliminado los síntomas de la enfermedad, que hoy casi no existe en su forma habitual, pero que aparece de diferentes formas afectando con más gravedad a los adultos, estén vacunados o no, y los adolescentes, y en los niños que ya no estén protegidos por los anticuerpos de sus madres vacunadas.
La Guía de vacunación reconoce que los niveles de anticuerpos y la vacuna disminuyen muy rápidamente y que “no se conocen los mecanismos inmunológicos de la tos ferina”.
Con esta vacuna nos encontramos con los mismos problemas que con el sarampión. Ahora los adultos contraen la enfermedad infantil a una edad en la que las complicaciones son más frecuentes y graves debido a que la inmunidad inducida artificialmente no es tan duradera como la inmunidad natural y los niveles de anticuerpos observados después de la vacunación son inferiores a los registrados después de la sufrir la enfermedad (Cf. La Presse Médicale, Volumen 17, Suplemento 1, mayo de 1998).
Este fenómeno, que ya había sido constatado en los Estados Unidos, también aparece en Francia. A pesar de la vacunación sistemática a una edad temprana, no sólo la tos ferina no ha desaparecido, sino que, al contrario, tiende a reaparecer durante la última década y se ha convertido en atípica.

http://www.votresante.org/suite.php?dateedit=1304365090

el articulo completo traducido :

 http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/05/04/la-tos-ferina-y-la-vacuna-contra-la-tos-ferina/

En Suecia, el descenso de la mortalidad debido a la tos ferina no se ha modificado por la introducción de la vacuna, pero cuando fue retirada debido a sus efectos secundarios, la tasa de mortalidad, sin embargo siguió disminuyendo .  En 1979 abandonó el país la vacunación contra la tos ferina, por dos razones.  En primer lugar, debido a las epidemias que se produjeron entre las poblaciones perfectamente  vacunadas,  y en segundo lugar  debido a los muchos efectos secundarios de la vacuna, especialmente  daño cerebral (cf. británica Med -. Diario Vol. 320 - N º 2 - 1967).
11
 12
 13
 14
 15
 16
17
 18
 19
 20
 21
22
 23
 24
 25
 26
 27
 28
 29
 30
 31
 32
 33
 34
 35


comentario recibido:

Este estudio ha sido muy criticado. A continuación les envío algunas de estas críticas, y perdonen por la traducción automática, pero bueno, nos podemos entender:

- Lancet 338: 715, 1991. El autor cita este artículo para afirmar que la vacuna contra la polio no es efectivo. Él dice: "En 1989, el país de Omán experimentó un brote de poliomielitis generalizada seis meses después de lograr la vacunación completa." Esto es claramente falso. Si va a examinar el artículo, usted descubrirá:

    * La epidemia comenzó en realidad en enero de 1988. Debido a la inmunización, Omán ha experimentado una dramática caída en la incidencia de la poliomielitis en el decenio de 1980. Sin embargo, hubo sólo 88% de cobertura en 1987, justo antes de que comenzó la epidemia.

MMWR 33 (24):, 22 de junio de 1984. El autor cita un brote de sarampión entre los estudiantes de secundaria previamente inmunizados como prueba de que la vacuna no es eficaz. Dado que la vacuna contra el sarampión es (y era conocido en el momento de ser) sólo 90-98% de efectividad en la prevención de la enfermedad, no es de extrañar que hubiera un grupo en una escuela secundaria, tarde o temprano. Esto es lo que el artículo llegó a decir:

    * En este brote, las personas vacunadas tenían un mayor riesgo de enfermedad clínica si había una exposición cerca de un paciente contra el sarampión y si 10 o más años habían transcurrido desde que sus vacunas contra el sarampión más reciente.

NEJM 332: 500, 1995. El autor cita a "un estudio muy reciente en el New England Journal of Medicine que reveló que un número considerable de niños rumanos fueron contraer polio por la vacuna." La referencia, sin embargo, el Washington Post. Si la referencia real había sido dado, habría sido más fácil para los lectores la búsqueda de falsas declaraciones de la autora.

    * Se sabe que después de la vacuna antipoliomielítica oral, hay una tasa muy baja de la poliomielitis paralítica. En Rumania, sin embargo, el riesgo de 1 en 196,000 fue 5.17 veces mayor que en cualquier otro lugar del mundo.


Y etcétera, etcétera...


Por otro lado, ¿quién es el Obomsawin? Apenas aparece un estudio suyo de hace muchos años, nada que ver con la vacunación. ¿Emplearían los servicios de salud de Canadá a un investigador con tan poco bagaje como para hacer un estudio de tanta trascendencia? ¿Y por qué no lo publicaron luego?

Un cordial saludo,

Don Escéptico


Replica del administrador.-
En ninguna de las graficas publicadas , aparecen las citas criticas  que envia don Escéptico.
Al parecer en el trabajo original aparecian algunas gráficas que no han sido incluidas en esta recopilación.

Pero gracias por la opinión
 ...........................

Extracto de la entrevista a Máximo Sandín, donde se dibuja a la Industria Farmaceutica y el negocio de las vacunas. Una prueba más de que esta Industria no busca curar sino la consecución de la mayor cantidad de beneficios económicos posibles, con muy pocos escrúpulos.

------------------------------------

Una revista médica cuestiona la vacunación contra el VPH

Por Rosemary Mathis, 11 de enero de 2012.
Vicepresidenta de la Asociación SANEX VAX, INC de Apoyo a las Víctimas.
http://www.naturalnews.com/034636_vaccinations_quack_science_medical_journals.html


NaturalNews. La revista Annals of Medicine ha publicado un artículo revisado por pares titulado “El virus del papiloma humano (VPH),las  políticas de vacunación y la medicina basada en evidencias: ¿están en desacuerdo?, (1) firmado por los renombrados investigadores Lucija Tomljenovic y  Christopher Shaw, del grupo de investigación de Dinámica neuronal de la Universidad de Britsh Columbia, Vancouver (2).

El artículo viene a decir a la comunidad médica lo que ya muchos pacientes saben acerca de las fraudulentas políticas de las agencias de salud en combinación con la Compañías Farmacéuticas, de la falta de pruebas científicas que demuestren la seguridad y eficacia de Gardasil y Cervarix antes de que fueran administradas a las adolescentes ante sus confiados padres.

Ensayos clínicos en personas sanas frente a las campañas de vacunación

Tomljenovic y Shaw dicen lo que parece obvio: que las vacunas representan “una categoría especial de medicamentos que se administran a personas sanas y por lo tanto la existencia de un pequeño nivel de riesgo por reacciones adversas es algo aceptable”.

Los ensayos clínicos realizados por la Empresa Farmacéutica Merck son incorrectos, ya que se utilizó un adyuvante de aluminio como placebo, y  una solución salina al presentar  esta opción menos reacciones adversas, no serias. Agruparon los resultados de las reacciones adversas al recibir el adyuvante de aluminio con  los resultados del grupo que recibió una solución salina. De esta manera, se ocultó la verdadera tasa de reacciones adversas.

Si la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) aprueba los medicamentos y las vacunas por considerarlas seguras y eficaces, los pacientes se creen que lo hacen porque el nivel de riesgos es muy pequeño o casi nulo. Sin embargo, la cantidad de medicamentos que la FDA tiene que retirar cada año del mercado por daños en la salud y la cantidad de demandas que se presentan por estas causas, son inaceptables.

Poniendo en duda la ética médica


Losa autores también señalan el mito del consentimiento informado – que básicamente consiste en una renuncia por parte de los pacientes una vez que han sido informados por los médicos sobre  los  beneficios y riesgos de aplicación del medicamento. Tomljenovic y Shaw dicen al principio de su artículo lo siguiente: “La ética médica exige que la vacunación se lleve a cabo con el consentimiento pleno e informado de los pacientes y no sólo  debe limitarse a repetir lo que dice el fabricante de la vacuna”.

Lo que los autores no dicen es qué es lo que pasa cuando los Gobiernos conceden este derecho de consentimiento en los procedimientos médicos a los niños, tal como ocurre en California – a los niños mayores de 12 años se les concede este derecho en el tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual. ¿Quizás es porque el Estado tiene más información y sabe más, o es porque han recibido ayudas en sus campañas por parte de las Compañías Farmacéuticas?
Los autores siguen diciendo:

    “Lo que resulta más desconcertante son las agresivas estrategias de marketing que hacen los representantes de los fabricantes de las vacunas, que es de donde parte la información parcial que el médico transmite al paciente, generando miedo, promoviendo así la aplicación de la vacuna... Por tanto, hasta la fecha, las entidades médicas y reguladoras de todo el mundo continuarán proporcionando información sesgada sobre el riesgo de contraer cáncer de cuello uterino y sobre la utilidad de las vacunas contra el VPH, con lo que un consentimiento bien informado sobre la vacuna es imposible de alcanzar”.

Conversaciones en torno al dinero,  mientras  el número de afectadas aumenta

De acuerdo con Maplight California, un sitio web que revela las influencias entre el dinero y la política, las contribuciones de los lobbys para que los legisladores apoyaran el proyecto fueron de  2.174.648 dólares, más de 28 veces la cantidad de 76.404 dólares que recibieron los lobbys que se oponían al proyecto de ley. También en interesante señalar que los grupos republicanos y grupos pro-vida estuvieron al lado de los disidentes, frente a una inmensa mayoría de grupos liberales y demócratas que apoyaron el proyecto.

Proyectos similar se quieren llevar a cabo ahora en Carolina del Sur y en Florida. Estamos siendo testigos de una rápida erosión de la ética médica, alentada por los políticos, que reciben abundante aportaciones por su especial interés.

Tomljenovic y Shaw continúan su mensaje recordando que los profesionales médicos “contrariamente a las afirmaciones de que el cáncer cervical es el segundo tipo de cáncer más común en las mujeres de todo el mundo, los datos muestran que esto sólo es así en los países en desarrollo. En el mundo Occidental, el cáncer de cuello uterino es una enfermedad rara, con tasas de mortalidad que son varias veces más bajas que la tasa de reacciones adversas graves (incluyendo muertes) por administrar la vacuna contra el VPH”.

[ N.del T.: En este enlace se puede observar la evolución del cáncer de cérvix en los Estados Unidos]

Esto nos debiera hacer pensar, tanto a profesionales médicos como pacientes, sobre la seguridad de algunas vacunas y su eficacia.
Las políticas de vacunación deben cumplir con mayor rigor las evidencias médicas y las directrices éticas para un consentimiento bien informado.

Tomljenovic y Shaw señalan los siguientes puntos clave:

Hasta la fecha, la eficacia de las vacunas contra el VPH en la prevención del cáncer de cuello uterino no se ha demostrado, al mismo tiempo que los riesgos de la vacuna aún no han sido evaluados por completo.

Las actuales prácticas de vacunación contra el VPH en todo el mundo, con cualquiera de las dos vacunas contra el VPH, parecen no estar justificadas en cuento a los beneficios para la salud a largo plazo, ni es económicamente viable, ni hay ninguna evidencia de que la vacunación contra el VPH (incluso si se demostrase eficaz contra el cáncer cervical) reduzca las tasas de cáncer de cuello uterino, más allá de lo que la prueba de Papanicolaou ya ha logrado.
En conjunto, las reacciones adversas graves relacionados con la vacunación contra el VPH en todo el mundo incluyen muertes, convulsiones, parestesias, parálisis, síndrome de Guillain-Barré (GBS), mielitis transversa, parálisis facial, síndrome de fatiga crónica, anafilaxia, desórdenes autoinmunes, trombosis venosa profunda, embolia pulmonar, y cáncer de cuello uterino.

Debido a que el programa de vacunación contra el VPH tiene cobertura legal, la salud a largo plazo de muchas mujeres puede estar en riesgo, frente a los beneficios todavía desconocidos de esta vacuna.

Los médicos debieran adoptar un enfoque más riguroso en la medicina basada en evidencias, con el fin de proporcionar una evaluación equilibrada y objetiva de los riesgos y beneficios de vacunar a sus pacientes. 
  
La dependencia casi exclusiva de los estudios patrocinados por los fabricantes, a menudo de dudosa calidad, como base para la aplicación de las políticas de vacunación debe ser modificado.

Se deben hacer mayores esfuerzos para reducir al mínimo las influencias de las corporaciones en las instituciones académicas y en la investigación médica, ya que esta influencia puede impedir una investigación científica imparcial en cuestiones tan importantes relacionadas con la ciencia y las políticas de vacunación.
La vigilancia pasiva de las reacciones adversas debe ser sustituida por una vigilancia activa, para así comprender mejor los verdaderos riesgos asociados a las vacunas, y en particular las nuevas vacunas.

En resumen, Tomljenovic y Shaw dicen que las políticas de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) y la medicina basada en evidencias están en desacuerdo, según se recoge en la página web de SANE VAX Inc. Al documento completo se va a poder acceder desde el día 12 de enero (En el momento de traducir este artículo se puede acceder al artículo completo, pero previo pago en:  http://informahealthcare.com/doi/pdf/10.3109/07853890.2011.645353). Sería interesante difundir estas 12 páginas entre médicos, enfermeras y entre los que aplican la legislación estatal, entre padres y tutores, a fin de considerar la conveniencia o no de vacunar contra el VPH a sus hijas. Si tiene dificultad en acceder el documento completo puede comunicarse con la autora del mismo mandando un correo electrónico a la siguiente dirección: lucijat77@gmail.com.

SANE VAX Inc, considera que se está presentando la información de manera parcial, sin decir con claridad la relación entre el riesgo de padecer cáncer de cuello uterino y la utilidad de las vacunas contra el VPH, no siendo científico ni ético. Estas prácticas no sirven a los intereses de la salud pública, ni reducen los niveles de cáncer de cuello uterino. Son necesarias evaluaciones independientes de seguridad de las vacunas contra el VPH y debe ser una prioridad de los programas de investigación patrocinados por el Gobierno.

Fuentes:

1.Human papillomavirus (HPV) vaccine policy and evidence-based medicine: Are they at odds?Annals of Medicine,

http://www.unboundmedicine.com/medline/ebm/record/22188159/full_citation/Human_papillomavirus__HPV__vaccine_policy_and_evidence_based_medicine:_Are_they_at_odds

2. Maplight California -AB 499 - An Act to Amend Section 6926 of the Family Code, Relating to Minors

http://maplight.org/california/bill/2011-ab-499/1007609/total-contributions

El Dr. Blaylock utiliza este argumento para demostrar la falsedad del concepto de inmunidad de grupo:

    “La inmunidad de grupo inducida por las vacunas es un mito que puede ser comprobado de forma simple. Cuando yo iba a la escuela de medicina, nos decían que las vacunas administradas en la infancia duraban toda la vida. Esta idea persistió durante más de 70 años. No fue hasta hace poco que se descubrió que la eficacia de las vacunas se va perdiendo con el tiempo, desapareciendo después de 2 a 10 años. Esto significa que al menos la mitad de la población no dispone ya de la inmunidad inducida por la vacuna contra las enfermedades en  que fueron vacunados en la infancia. Es decir, el 50% o más de la población hace ya décadas que perdió esa protección.

    Si atendemos a los conocimientos actuales, estaríamos en riesgo de sufrir un resurgimiento de las epidemias si el índice de vacunación fuera inferior al 95%. Sin embargo, llevamos viviendo de entre 30 a 40 años con menos del 50% de la población sin la protección de las vacunas. Es decir, la inmunidad de grupo no ha existido durante décadas y no han reaparecido las antiguas epidemias. La inmunidad de grupo inducida por la vacunación es una mentira que sólo sirve para asustar a médicos, empleados de la salud y otro personal médico, y a la gente, para así aceptar las vacunas (1). "







VACUNAS Y CORRUPCION. EL CASO DEL DR. Walker-Smith Y EL DR.Andrew Wakefield




El gráfico muestra la disminución en la vacunación de SPR ( triple vírica) en el Reino Unido ( en azul) y la proporción de madres que consideraban segura la vacuna triple vírica (en verde). Graph: UK Department of Health.


Se han dicho gran cantidad de mentiras con toda impunidad sobre el Dr. Andrew Wakefield, que debido a sus investigaciones entró en declive la administración de la vacuna triple vírica, sarampión, las paperas y rubeola (SPR), en el Reino Unido, teniendo muy altos costes para Glaxo SmithKline.

Es cierto que el daño causado debe ser castigado y el Dr. Wakefield ha servido como chivo expiatorio en este asunto, mientras que otros investigadores han obtenido los mismos resultados sobre la regresión del autismo, pero sin beneficiarse de una publicidad muy embarazosa para la Industria Farmacéutica.
LEER MAS






-->
En 1998, después de un análisis de todos los estudios previos para la aprobación de la vacuna triple vírica y su seguridad, yo recomendé el uso de la vacuna monovalente contra el sarampión, preferiblemente frente a la SPR (triple vírica: sarampión, rubeola y parotiditis). En ese momento, en contra de las falsas afirmaciones de muchos comentaristas, entre ellos Richard Horton, editor de The Lancet, y el millonario Paul Offit, que debe su fortuna a las vacunas, las vacunas monovalentes estaban autorizadas en el Reino Unido y vendidas libremente al público británico. Cuando la administración de la vacuna triple vírica disminuyó a partir de febrero de 1998, se registró un aumento en la administración de la vacuna monovalente, un hecho que nunca ha sido reconocido por la prensa. A continuación, administramos varios miles de dosis de la vacuna contra el sarampión y los niños quedaron protegidos. Seis meses después, en septiembre de 1998, el Gobierno británico retiró la vacuna de importación de las vacunas monovalentes, impidiendo así a los padres otra elección, y los casos de sarampión se dispararon en el Reino Unido.

Cuando pregunté por qué la vacuna monovalente era considerada inadecuada para proteger a los niños contra el sarampión, Elizabeth Miller de la Agencia de Protección de la salud dijo: […] si permitiéramos a los padres la opción de elegir las vacunas monovalentes, acabaríamos con el programa de la vacuna triple vírica (SPR) en los niños.

A pesar de la declaración de David Salisbury, Director de Inmunización en el Reino Unido, que afirma que “la vacuna SPR es el epítome de la seguridad de las vacunas”, esta vacuna no es segura. Dos de los tres ingredientes presentes en la vacuna de 1998 tuvieron que ser retirados por razones de seguridad, responsables de meningitis. Los funcionarios gubernamentales aprobaron estas peligrosas vacunas -Pluserix ® e Immravax ® - a pesar de las reservas existentes en Gran Bretaña, y a sabiendas de su riesgo, del que eran conscientes. Estos funcionarios pusieron por delante las ganancias por encima de la salud de los niños, y han tratado de ocultar su vergonzosa actuación.





La vacuna SPR puede producir autismo. La prueba está en que el Gobierno de los Estados Unidos ha pagado millones de dólares por perjuicios causado en niños con autismo, producido por daños cerebrales inducidos por la vacuna. El propio Gobierno tuvo que reconocer la legitimidad de las demandas presentadas por los padres. El 13 de diciembre de 2012, un tribunal concedió varios cientos de miles de dólares a Ryan Mojabi, cuyos padres demostraron que la vacuna triple vírica había causado “daño cerebral severo y debilitante en su hijo, diagnosticado con TEA (Trastorno Espectro Autista).
Ese mismo mes, el Gobierno sufrió una segunda importante derrota cuando la joven Emily Moller de Houston fue compensada como consecuencia de una lesión cerebral relacionado con la vacuna SPR, que una vez más resultó en autismo.
Otros casos también fueron ganados en tribunales italianos y estadounidenses ( incluidos los de Hannah Poling, Bayley Banks, Misty Hyatt, Kienan Freeman, Valentio Bocca y Julia Grimes), en los que se admitió que las vacunas habían causado daño cerebral y que estas lesiones condujeron a un diagnóstico de TEA. En todos los casos, la SPR fue el único denominador común.


..................................................................................

En España ninguna vacuna es obligatoria, estén o no incluidas en el llamado Calendario Vacunal. Y ningún médico ni profesional sanitario de otro tipo puede vacunar a un niño –incluidos los bebés- sin permiso expreso de los padres.
 ¿Que en un hospital se hace con todos los recién nacidos sin permiso según usted? Los padres pueden –a nuestro juicio deberían- denunciarlo. Y llegar hasta el final con todas las consecuencias. Lo diremos una vez más: ninguna vacuna –convencional u homeopática- ha demostrado jamás su eficacia. En ninguna patología. Retamos a quien afirme lo contrario –laboratorios incluidos- a que demuestre que estamos equivocados.
http://www.dsalud.com/index.php?pagina=articulo&c=1676





----------------------------------


Rara vez surge un denunciante de las agencias federales de salud. Las entidades gubernamentales y corporativas, que son notoriamente jerárquicas, como el CDC, la FDA y los Servicios de Salud y Humanos, impiden la disensión dentro de sus filas. En la era Obama, cuando los denunciantes son más perseguidos que nunca, es un acto de gran valor salir a la luz y desvelar las mentiras del Gobierno, la corrupción y su comportamiento delictivo. Por lo tanto, fue un hecho destacable que el epidemiólogo del CDC, el Dr. William Thompson, actuase en consecuencia y publicase miles de páginas de documentos del CDC con datos de investigación que revelan una larga historia de estudios fraudulentos y encubrimientos médicos que ocultan graves fallos y riesgos para la salud de las vacunas.
El Dr. Thompson es un distinguido científico que ha trabajado en el CDC desde 1998. El Prof. Brian Hooker, un especialista en sistemas moleculares y celulares, y la primera persona con la que el Dr. Thompson se puso en contacto, declaró durante una reciente emisión que los documentos publicados no son simplemente una pistola humeante. Más bien es un "fuego incontrolado". El Dr. Thompson está actualmente cooperando con miembros de un subcomité del Congreso. Miles de padres estadounidenses con niños dañados por la vacuna, que sufren de daño neurológico permanente y autismo, esperan un juicio que finalmente llevará a la justicia a muchos de los principales funcionarios de salud del país.
El Dr. Thompson, coautor y autor de la investigación publicada sobre la presencia de timerosal (compuesto organomercúrico) en las vacunas -incluido todavía en algunas vacunas, especialmente la vacuna contra la gripe- ha admitido que forma parte de una complicidad de los CDC para ocultar las evidencias científicas que demuestran que el timerosal y la vacuna MMR (triple vírica: parotiditis, rubéola y sarampión) son factores causales del autismo. Durante una entrevista en el Autism Media Channel, declaró que nunca le daría a su esposa embarazada una vacuna contra la gripe debido a su alta concentración de mercurio. "No sé por qué todavía se lo dan a las mujeres embarazadas ", dijo el Dr. Thompson. "Esa es la última persona a la que le daría mercurio” (1). Después de revisar algunos de los datos de los CDC recibidos por el Dr. Thompson, así como los registros de datos adquiridos a través de una solicitud de la Ley de Libertad de Información, el Prof. Hooker descubrió que los CDC han sabido desde 2001 que los niños expuestos al timerosal en el útero eran un 800 por ciento más propensos a padecer autismo. Estos datos se excluyeron intencionalmente del artículo de los CDC publicado en la revista Pediatrics en un esfuerzo por refutar una asociación entre timerosal-autismo. Durante la emisión de radio, el Prof. Hooker presentó pruebas de que los CDC han sabido durante una década que los niños que recibieron las vacunas MMR fueron casi un 300 por ciento más propensos a padecer autismo en comparación con los niños cuyos padres decidieron posponer la vacunación hasta que el niño fuese mayor.
https://www.globalresearch.ca/vaccine-mccarthyism-what-if-the-vaccine-paradigm-itself-is-deliberately-flawed/5427768




4 comentarios:

  1. Anónimo26/3/12

    VACUNAS Y AUTISMO: SILENCIO, OCULTACIÓN Y MENTIRAS
    TIMEROSAL Y AUTISMO: SILENCIO, OCULTACIÓN Y MENTIRAS

    Agencias del Servicio de Salud estadounidense, asociaciones médicas profesionales, científicos corruptos, grandes medios de comunicación, laboratorios fabricantes de vacunas y la propia Organización Mundial de la Salud vienen practicando sistemáticamente una política de ocultación de datos y estudios científicos, manipulación de la información médica y toxicológica e incluso haciendo falsas afirmaciones sobre la relación entre el mercurio utilizado en las vacunas y patologías del neurodesarrollo infantil. La creciente epidemia de autismo en Estados Unidos podría ser de hecho consecuencia directa de esa política protectora de los intereses de una industria que intenta así evitar el pago de indemnizaciones a los afectados y reafirmar las injustificadas campañ as globales de vacunación en todo el planeta.
    nº 148 de la revista Discovery DSALUD (www.dsalud.com)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo29/3/12

      El 1 de septiembre de 2011, el Instituto Nacional de Salud y Bienestar (THL) de Finlandia, reconoció que los niños finlandeses y los jóvenes de entre 4 y 19 años, sufrían narcolepsia en clara conexión con la vacuna Pandemrix. Un comunicado de prensa del THL decía: “El mayor riesgo asociado con la vacunación ha sido el de la aparición de 6 casos de narcolepsia por cada 100.000 vacunados entre las edades de 4 a 19 años, y en los ocho meses posteriores a la vacunación. El riesgo es 12,7 veces superior al mismo grupo de edad que no ha sido vacunado”. ( http://www.thl.fi/en_US/web/en/pressrelease?id=26352) Esta declaración se realiza exactamente dos años después de la anterior declaración del THL, en medio de la histeria en todo el mundo por el tema de la gripe porcina y la vacunación, declarando que vacunándose con Pandemrix se estaría a salvo. En esta declaración, el Director del THL hizo hincapié en que el adyuvante escualeno podía aumentar los efectos secundarios de la vacuna, pero de forma limitada. Sin embargo, dijo que los efectos secundarios no eran peligrosos. ( http://www.tohtori.fi/?page=5833192&id=0169960)

      En Suecia, por lo menos 150 niños están sufriendo narcolepsia producida por la vacuna Pandemrix. En Finlandia, son 100 aproximadamente los niños que la sufren. En ambos países el número va aumentando. La narcolepsia es una enfermedad que tiene serias consecuencias en la forma de vida; Pandemrix también puede haber causado otras enfermedades neurológicas que todavía no se han detectado…[...]

      http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/03/28/la-gripe-porcina-pandemrix-y-la-narcolepsia/

      Eliminar
  2. Jorge28/4/12

    He encontrado un interesante video sobre Vacunación, La Verdad Oculta, que deseo compartir:
    http://www.youtube.com/watch?v=dGPYp0rsLNU

    ResponderEliminar
  3. Anónimo31/7/13

    Cuando se ofrecen los datos de beneficios de las vacunas siempre se hace en términos absolutos, es decir, la vacuna salvará a tantos niños o personas. Si se hiciera en términos relativos, es decir beneficios menos los efectos adversos que éstas producen, las estadísticas mostrarían unos datos diferentes:

    Se insertan las vacunas inútiles utilizando estadísticas engañosas. Parafraseando de Oncología Clínica que dice "La reducción del riesgo relativo (RR) de 50% suena bien. Los pacientes y los médicos son fácilmente convencidos para llevar a cabo la intervención que se ofrecen. Supongamos que el riesgo se reduce de 4% a 2% de la RR es del 50%. Otra forma de dice que sería admitir que "permite la reducción de 2% en el riesgo absoluto". Por supuesto los pacientes y los médicos pueden entonces optar por no llevar a cabo el tratamiento.

    Se sugiere que en todas las intervenciones para mejorar la supervivencia infantil, la OMS debe reportar la eficacia en términos de reducción del riesgo absoluto en lugar de riesgo relativo, de manera que los Estados Miembros puedan calcular fácilmente el costo-beneficio con facilidad. No se necesita ninguna nueva recopilación de datos para esto.



    Dr. Rajiv Mittal
    A-148, FF, Saraswati Vihar
    Delhi - 110034
    India
    Email dr.mittal.rajiv@gmail.com

    ResponderEliminar

Si quieres realizar un comentario deberas incluir una direccion de correo electronico que no se hará publica, salvo que tú lo solicites